El entusiasta de la opereta Barrie Kosky ha cosechado un éxito gigantesco con la subversiva e hilarante reversión de Offenbach del mito de Orfeo en el Festival de Salzburgo. Kosky ha creado una puesta en escena mágicamente precisa e ingeniosa, con numerosos y extravagantes trajes en una escenografía opulenta y reluciente y una coreografía literalmente diabólica. Para los diálogos ha encontrado una solución impresionantemente ingeniosa, ya que no son pronunciados por los cantantes: los interpreta el brillante actor alemán Max Hopp en el papel de John Styx, "que realiza un verdadero milagro vocal" (Neue Zürcher Zeitung) de una manera similar a una bofetada.

El soberbio reparto impresiona con un canto virtuoso, así como con una interpretación cómica deslumbrante, en primer lugar la soprano de coloratura americana Kathryn Lewek como Eurídice "con coloraturas cristalinas y soberanos tonos superiores" (Salzburger Nachrichten), la mezzosoprano sueca Anne Sofie von Otter como la severa L'Opinion publique o el bajo barítono austriaco Martin Winkler como el insensato padre de los dioses Júpiter. Bajo la precisa dirección del italiano Enrique Mazzola, la Filarmónica de Viena ofrece un exquisito y "chispeante sonido orquestal" (Frankfurter Allgemeine Zeitung).

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