La New York Rhapsody de Lang Lang es una carta de amor a la ciudad que él considera su hogar adoptivo, ambientada con la música que contribuyó a hacerla tan famosa y representada en uno de los lugares más emblemáticos de Nueva York: el Lincoln Center.
Como en ningún otro lugar del mundo: el sol y la sal del mar, el olor de los cítricos y el café, una mirada coqueta, una canción incomparable sacada de lo más profundo del corazón. Italia y su música inmortal ejercen una atracción mágica sobre las personas como ninguna otra cultura, y Jonas Kaufmann lo siente con especial intensidad. En su concierto Dolce Vita en la Waldbühne de Berlín, rinde homenaje a esta cultura, a esta forma de vida que ha concebido una melodía inmortal tras otra para la voz de tenor y que tanto le ha influido.
