
Alceste
Conciertos
Los actos conmemorativos que a lo largo del 2014 se llevan a cabo para recordar los 400 años de la muerte de El Greco, tuvieron el 20 de septiembre un broche de oro: La interpretación del Requiem que Wolfgang A. Mozart comenzó a componer poco antes de su muerte.
Dirigida por Ivor Bolton, y con la participación de la orquesta y el coro titulares del coliseo madrileño, la nave central de la catedral de Toledo acogió esta obra que el genio de Salzburgo dejó inconclusa, y que terminó su discípulo Franz Xaver Süssmayr. Encargada por el conde Franz Von Walsegg para ser interpretada en los funerales de su esposa, Mozart siempre pensó que se trataba de un juego del destino que le obligaba a componer la música que acabaría sonando en su propio funeral.
La catedral de Toledo vuelve a ser el escenario perfecto donde confluyen música, pintura y arte.
TODO CONCIERTOS
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Fundado en México en 1982, ganó en dos ocasiones el Grammy Latino: en 2012, por su disco Brasileiro, works of Francisco Mignone, y en 2016 por El Hilo Invisible. Hoy representa una voz única en el ámbito internacional, difundiendo la creación musical de América Latina en los cinco continentes.
El Cuarteto Latinoamericano ha obtenido, desde 2004, importantes apoyos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México como parte del proyecto México en Escena. Estas becas le han permitido al Cuarteto desarrollar diferentes planes de trabajo, que han incluido cursos, seminarios, proyectos de investigación musical, grabaciones, así como giras de concierto a nivel mundial.
El Cuarteto juega un papel decisivo en la formación de músicos en México, y sus miembros han estado afiliados a distintas instituciones de educación musical mexicanas.
Además, tiene a su cargo la Academia Latinoamericana de Cuartetos de Cuerda, afiliada al Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela. El cuarteto que Cuarteto Residente de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Estados Unidos, desde 1987 hasta 2007.
El Cuarteto Latinoamericano graba para los sellos Quindecim, Urtext, Luzam, Naxos, Tonar, Tocatta, Elan, New Albion y Dorian Sono Luminus, para el cual grabó la integral de los 17 cuartetos de Villalobos, habiendo recibido por el Vol.6 de esta colección dos nominaciones al Premio Grammy en 2002.
En noviembre de 1992, el Cuarteto llevó a cabo la primera grabación del Concierto Grosso para cuarteto y orquesta de Julián Orbón con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, bajo la dirección de Eduardo Mata, para el sello Dorian. Esta misma obra ha sido interpretada con las Orquestas Sinfónicas de Dallas, Los Ángeles, San Antonio y National Arts Center de Ottawa. Por su contribución a la vida cultural de las ciudades de Pittsburgh y Toronto, sus respectivos alcaldes le rindieron honores en noviembre y diciembre de 1991, mediante sendas declaraciones de Día del Cuarteto Latinoamericano en ambas ciudades.
Dentro de los conciertos recientes, destacan las presentaciones en Milán (Teatro alla Scala), Ámsterdam (Concertgebouw), Bonn, Bruselas, Luxemburgo, Montreal, Sao Paulo, Caracas, Buenos Aires, Tokio, Shanghai, Miami, Boston y Nueva York (Carnegie Hall), de la cual el New York Times escribió: «Artistas soberbios, extraordinariamente versátiles en responder a las demandas de las diferentes partituras».
En 1786, Mozart acababa de cumplir 30 años. No era consciente de que marcaría el principio del último capítulo de su vida. El Concierto para piano nº 20 se compuso en ese año, solo cinco años antes de su muerte, e incorpora todo el pensamiento musical de este joven genio en la cumbre de su poder creativo.
Tchaikovsky consideraba a Mozart el “Cristo de la Música”. Sus propias Variaciones sobre un tema rococó de 1876 fueron, en cierta manera, un tributo a Mozart, Haydn y demás compositores clásicos. Frente a la intensa pasión de muchas de sus obras más conocidas, esta pieza cautiva por su elegancia, remontándose a eras musicales anteriores en un claro gesto del compositor romántico. Bosques Silenciosos, de Dvorak, fue compuesta más o menos en la misma época y es un reflejo de la conexión profunda del compositor con su tierra, usando melodías de influencia bohemia.
La Sinfonía nº 2 de Bruckner se presentó por primera vez en 1873 y existen varias versiones de la obra. Sigue siendo la única de sus obras sinfónicas que no lleva dedicatoria y, al mismo tiempo, la primera pieza en la que sale a relucir su poderoso estilo musical. En 1868, Bruckner acababa de presentar su Sinfonía nº 1 en Linz, mudándose al poco a Viena, un viaje que llevaba tiempo deseando hacer. Cuando cinco años después presentó su Sinfonía nº 2 ya se acercaba a la cincuentena. Ese año también logró peregrinar a Bayreuth, donde por fin conoció a su héroe, Wagner. Mostró al venerado compositor su recién completada Sinfonía nº 2 y la Sinfonía nº 3 que aún estaba desarrollando, expresando su deseo de dedicarle a Wagner una de ellas. El compositor mayor comentó que la Sinfonía nº 2 era “muy bonita” pero parece que prefirió la nueva obra. Los nervios de Bruckner durante la reunión fueron tales que olvidó completamente por cuál de las sinfonías había expresado su preferencia Wagner y tuvo que escribirle después para confirmarlo. Finalmente, dedicó la Sinfonía nº 3 a Wagner, con intención de dedicar la nº 2 a Liszt. Liszt aceptó su dedicatoria pero después olvidó la partitura en la habitación del hotel. Esto hizo enfadar a Bruckner, quien decidió retirar su dedicatoria. En esta obra, largas pausas a menudo marcan la división entre frases musicales, convirtiéndose en otro distintivo de la sinfonía, hasta el punto de que a veces se la conoce como “la Sinfonía de las pausas”.
Lü Jia dirije a la orquesta de la NCPA en este fantástico concierto
Usando el poema de Su Shi del mismo nombre como letra, y compuesta para voz femenina al estilo de la Ópera de Pekín, coro mixto y orquesta sinfónica, Jiang Tcheng Tse es un hito en la carrera del compositor Qigang Chen. A pesar de su conocimiento de las obras vocales, esta pieza es su primera composición para coro. Si se tiene en cuenta el estado de ánimo en el que Qigang Chen la compuso, esta pieza abre un nuevo periodo de composición tras un periodo difícil en su vida, durante el cual reunió sus pensamientos y sentimientos. En este sentido, esta pieza tiene un significado especial. Qigang Chen utiliza sus técnicas orquestales distintivas en esta pieza, pudiendo identificar al compositor con solo escucharla. No se trata solamente de sus sonidos y colores característicos, sino del continuo que forma al fundirse con la naturaleza de la música, transportando a sus oyentes al ámbito de los sueños desde un primer momento. El contraste entre sueño y realidad, los dulces recuerdos del pasado y la desolación del presente se encuentran en el corazón del poema de Su Shi y es la razón por la que se utilizan dos coros en Jiang Tcheng Tse: cada uno de ellos aporta su propia alegría pero el converger de ambas produce un sonido doloroso. Supone una tristeza irrevocable, un conflicto irreconciliable entre el Yin y el Yang. Una partitura como esta es muy exigente para los coros. Además del tono, el ritmo y la intensidad del sonido, su colorido e intervalos también suponen retos añadidos para el canto. Sin embargo, al tratarse de la voz humana y no de instrumentos, los sonidos se
reconcilian y entremezclan a pesar de una lucha constante entre armonías, dando significado al fuerte vínculo emocional que existe entre los vivos y los muertos a pesar de estar siempre separados. Escuchamos un afecto persistente, rico y cálido, no una separación melancólica o fría, demostrando la naturaleza y propósito del arte del coro en sí.
Grabación en directo con motivo del décimo aniversario de la NCPA, con la orquesta y coro de la NCPA bajo la dirección de Mr. LÜ Jia, director musical de NCPA.
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El XXXIV Ciclo de Música de Cámara con los Stradivarius de la Colección Real comienza con este concierto con un cuarteto de cuerda de conocido prestigio.
Se trata del Cuarteto Brentano, que visitó para esta ocasión por tercera vez el Palacio Real de Madrid. Fundado en 1992 en el seno de la Julliard School de Nueva York, ha sido cuarteto residente en la Universidad de Princeton y en la Universidad de Yale, dos de las instituciones académicas más antiguas y renombradas de los Estado Unidos de América.
Escuchemos a Mark Steinberg y Serena Canin al violín, y a Misha Armory y Nina Lee a la Viola y chelo respectivamente.
Ellos mismos han elegido un programa de estéticas muy diferentes como es característico en la trayectoria musical de esta formación.
Obras del Renacimiento, nunca interpretadas en el Salón de Columnas, dialogarán con una composición contemporánea de Stephen Hartke, y a su vez con cuartetos creados por los grandes maestros: Franz Joseph Haydn y Ludwig van Beethoven.
Los actos conmemorativos que a lo largo del 2014 se llevan a cabo para recordar los 400 años de la muerte de El Greco, tuvieron el 20 de septiembre un broche de oro: La interpretación del Requiem que Wolfgang A. Mozart comenzó a componer poco antes de su muerte.
Dirigida por Ivor Bolton, y con la participación de la orquesta y el coro titulares del coliseo madrileño, la nave central de la catedral de Toledo acogió esta obra que el genio de Salzburgo dejó inconclusa, y que terminó su discípulo Franz Xaver Süssmayr. Encargada por el conde Franz Von Walsegg para ser interpretada en los funerales de su esposa, Mozart siempre pensó que se trataba de un juego del destino que le obligaba a componer la música que acabaría sonando en su propio funeral.
La catedral de Toledo vuelve a ser el escenario perfecto donde confluyen música, pintura y arte.
En reconocimiento a la trayectoria de Teresa Berganza, una de las voces más importantes de la historia de la ópera, el Teatro Real acogió el pasado año una gala única para celebrar su 80 aniversario. En la velada se interpretaron obras de Mozart y Rossini, de las que la mezzosoprano española ha sido representante emblemática, pero también hubo espacio para la música española, homenaje a su alma castiza. Los maestros Sylvain Cambreling y Alejo Pérez fueron las batutas encargadas de dirigir a la Orquesta y Coro del Teatro Real, a los que se unieron reconocidas voces del panorama nacional e internacional, como Carlos Álvarez, María Bayo, Annick Massis y José Van Dam y otras figuras consagradas como José Bros, Marie-Nicole Lemieux, Helene Schneiderman y Sofia Soloviy entre otros. Todos ellos compañeros y amigos de Teresa Berganza, que se acercaron a compartir ese día tan especial y emotivo para ella.
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Anne-Marie North, Antonio Cárdenas, Alberto Cle y John Stokes, componentes del Cuarteto Bretón visita por primera vez el Palacio Real de Madrid y su ciclo de cámara.
En este concierto proponen un interesante recorrido musical por los siglos XX y XXI, con tres obras nunca antes interpretadas en el Patrimonio Nacional y que despiertan grandes expectativas. En el comprobaremos como, con los Stradivarius de la Colección Real, también se pueden interpretar creaciones contemporáneas con extraordinaria sonoridad.
Abre el programa de este concierto una obra estrenada hace muy poco tiempo, escrita por el joven compositor Hermes Luaces, a quien tenemos el honor de acompañar durante el concierto.
En segundo término figura una obra de Dmitri Shostakovich, el gran compositor que muere el mismo año en que nace Hermes Luaces. Es el conocido Cuarteto de Dresde, en el que nos deja entrever el sentimiento de dolor de la posguerra.
Por último, completa el programa el Cuarteto número 2 de Jesús Guridi, escrito en la primera mitad del siglo XX y recuperado en 2006 gracias al tesón del Cuarteto Bretón por reeditar creaciones capitales del repertorio español que han tenido menos presencia en los circuitos musicales.